En 2007, cuando Aurora Venturini ganó el “Premio Nueva Novela” organizado por Página 12 con la desaforada Las primas era una joven 85 años. Más allá del desconcierto y las discusiones que generó semejante monstruo letrado al caer en manos de un jurado integrado por Guillermo Saccomano, Rodrigo Fresán, Alan Pauls, Juan Forn, entre otros, al darse a conocer la ganadora, el nombre de Venturini podría haber sido convertido, de inmediato, en la consagración de una escritora maldita.
Sin embargo, algunas de las características de
la autora no correspondían del todo con un espíritu de creadora atormentada
cuyas obras se habían extraviado, su vida era una nube oscura de incertidumbres
o de penurias económicas.
Cuando el resultado del concurso fue público, era
una jubilada platense que había sido maestra y profesora, había pasado parte de
su juventud en París junto a Jean Paul Sartre y Simone de Buvoir, había sido
compinche de Eva Duarte, la revolución que derrocó a Perón en 1955 la había
tenido capturada y le habían aplicado torturas físicas, también era una poeta,
narradora e investigadora con más de treinta títulos públicados. Ya era
reconocida por algunos colegas y muy premiada con galardones de mucha y poca
monta. También escribía asiduamente en medios de La Plata. Claro que en el
panorama literario de aquel momento, hasta que la creadora de Yuna
–protagonista de Las Primas- no tuvo
cuerpo, cara, presencia, todo su prontuario con las letras era desconocido.
Quizá una sombra de sombra era su nombre, pero
nada más. “Una vieja loca de La Plata” había anticipado Juan Forn cuando se
discutía quién podía haber escrito uno de los hitos del último tiempo, antes de
revelarse la identidad de la participante. Algo de razón le daría el tiempo.
¿Quién era Aurora Venturini?
Liliana Viola es periodista, fue directora del “Suplemento
Soy” de Página 12 y, además de haber
sido parte de la organización del concurso y la encargada de darle la noticia a
Aurora Venturini de que su novela era finalista en primera instancia aquel 2007,
es la autora de Esta no soy yo:
biografía de Aurora Venturini.
Viola conoce el caldo místico de todo lo que
generó en aquel concurso la presencia de la primera novela conocida de forma
“masiva”, escrita por la autora de La Plata –ciudad a la que se ató con todas
sus fuerzas-, y vio todo el proceso venturiniano; desde la premiación hasta el
transcurrir elegante y engrupido por la fama por parte de una de las escritoras
más poderosas del último tiempo en América Latina.
En “¿Quién
le teme a Aurora Venturini?”, una crónica/retrato que Leila Guerriero hizo
de la autora, se puede vislumbrar algo: Aurora no era una persona, ni siquiera
era una serie de anécdotas, más bien era un conjunto de versiones de un mismo
hecho. Había en su relato biográfico una colección de remakes sobre la misma historia. Luego, acerca de eso que Venturini
había contado no existían pruebas, o las pruebas la desmentían, o la corregían,
sus familiares desmentían lo que había dicho aunque podían darle la razón en
parte, o bien la misma Venturini se contradecía y negaba haber contado la
primera de las versiones. Sin embargo, una foto, un verso dedicado, una carta,
un poema, ponían una pizca de verdad en cada una de las escenas que dan parte a
ese “real/ficcionado” de su vida. Ella misma decía que para conocer su vida no
había que hacer otra cosa que leer sus libros, lo que deja una fórmula extraña:
para escuchar ficción, había que hablar con la autora.
VIOLA, Liliana, “Esta no soy yo: biografía de Aurora Venturini”. Tusquets, 2023. Buenos Aires, 330 págs.
La mujer editada
El trabajo que Liliana Viola propone en Esta no soy yo da cuenta de años de
conocimiento personal con quien protagoniza la biografía, pero también de una
lectura casi detectivesca de sus libros, sus archivos personales, sus fotos,
sus notas, entrevistas y todo lo que le permita develar un poco lo que
pareciera estar confesado en sus novelas, cuentos y poemas. Sin embargo, el
mérito de esta biografía puntillosa y ordenada, es poder despejar dudas donde
pueden ser despejadas y dejarle al lector un “elije tu propia Aurora” allí
donde no hay más remedio que escuchar a las dos mujeres, la de la ficción y la
real. Venturini tiene, de a ratos y shakespirianamente, una “consciencia con
millares de lenguas, y cada una repite su historia particular”.
Viola se lanza tras todos los caminos para
contarnos a una mujer que nunca es ella, como lo dice el título. Narrar a
Aurora Venturini es recrear un espectro, y cuando se lee esta biografía se entrevé
que ese era el espíritu de la autora de Los
rieles, dejar librado al misterio un nebuloso “yo”, escribirse e
inventarse. No mentir, mentir es algo burdo. La intención de Venturini es
ficcionarse.
Cada una de sus obras es ella y no es ella, a
su vez lo mismo pasa con los relatos que van a salir de su propia boca, de su
memoria un poco adornada, creativa, a lo Beatriz Guido. Como plantea el libro
de Liliana Viola al citar Las olvidadas,
de Cristina Mucci, puede decirse que para ciertas escritoras cogeneracionales,
decir la verdad podía resultar algo banal. Digamos que lo interesante es
encontrarse con viejas fabuladoras.
Esta no soy yo: la magia de Liliana Viola
La narrativa biográfica de Liliana Viola
comienza con escenas personales junto a Aurora Venturini que, por momentos,
irán volviendo en preguntas directas que la periodista fue archivando y
resucitando para este libro. Luego, se despega de sí para poner el foco
directamente en una octogenaria que acaba de ser galardonada con un premio
creado para una “voz joven” y toda la caravana surreal que emerge de un secreto
a voces cuando aparece Las primas;
la genialidad de una autora oculta, dramas familiares, enojos locales y demás
mitología.
Además de los datos de biografía pura, los
testimonios de las secretarias, hermanas y amigos de Venturini, hay una lectura
sesuda y analítica de la obra completa de la biografiada. Desde su primer
poemario hasta sus últimas novelas y cuentos -incluyendo textos inéditos-,
Liliana Viola se sirve de un bosque encantado para buscar quién fue la mujer
que escribió tantas y tan poderosas obras. Esta
no soy yo es una biografía de complejo artificio ya que se va tras las
voces trenzadas de quien escribió Nosotros,
los Caserta y dijo que cada texto era parte de su vida y luego se desdijo y
se volvió a desdecir hasta volverse pura tinta andante. Viola ejerce una suerte
de exorcismo para sacarle la verdad a esos a cada demoníaca pista.
De allí queda una biografía fascinante, perfectamente construida y tan apasionante como Aurora Venturini y su obra. Aunque Aurora Venturini también sea un personaje de Aurora Venturini.
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