Mentira, mentira: reseña de "Volver de noche", de Cecilia Ríos

"Volver de noche", Cecilia Ríos.
Estuario. 2019.


Una historias de malandrines y matones en el suburbano montevideano, una historia de cómo se hace una novela uruguaya. “Volver de noche” (Estuario, 2019) es una novela policial en la que Cecilia Ríos no solamente propone un panorama de matufia orillera y uruguaya, sino que al mismo tiempo la pone a “Ella”, una mujer que aparece capítulo de por medio para contarnos cómo se escribe una novela, como se duda, cómo se ve la traición, y que, de manera metaficcional no solo escribe la novela de José, un pibe de mala suerte y vida marginal, sino que escribe su propia novela, la de una mujer atrapada en un matrimonio reseco y al borde de las sospechas.
“Volver de noche” es una novela con dos historias, o bien son dos  novelas. En principio, José es un personaje de suburbano local que es requerido para un “trabajo” por un capanga local conocido como Caracol. José tiene consigo una habilidad, un don y una maldición; es un extraordinario tirador. Desde las tardes en que su abuelo le enseñara a tirar con una escopeta en medio del campo, José es un hombre que más que tirador es un sibarita de las armas, alguien que conoce el placer que da la omnipotencia de un tiro, el placer del fuego saliendo por ese caño explosivo que convierte al hombre en un pequeño dios. La tentación de dinero que al principio le pone delante Caracol, se vuelve luego un mandato violento gracias a su gracia y sino trágico. Así, entonces, la novela teje las desventuras del pobre, la pobre mishiadura del desposeído, del ilusionado joven de barrio humilde que busca una quimera de salvación. Entonces el delito es un inevitable salto, un incómodo momento hasta llegar a algo que quizá nunca aparezca; el amor, la tranqulidad, la paz, salir de donde se vive. La felicidad vedada del pobre.
Por otro lado, se entromete “Ella”, la autora de la novela de José. Una mujer que revisita una novela escrita tiempo atrás, entonces mientras vamos siguiendo los avatares del malandrín, la voz de la autora aparece en un más allá paralelo reflexionando acerca de las maneras estilísticas del texto, de la forma en la que habrá de encarar o que habrá encarado en el modo de escribir una novela policial uruguaya, ya que, como dice, sus referentes han sido norteamericanos. Aparece allí el cuestionamiento acerca de cómo se escribe una historia local de esa manera, cómo se hace un policial tercermundista. En ese mismo mundo de armazones literarias, aparece su propia historia, la de “Ella”, de esa manera sabemos que vive en un matrimonio velado y enterrado hace tiempo y que pende del agónico hilo de la necesidad económica, si bien su marido es alguien que ha sido estafado, un veterano en banca rota, ella no tiene otra posibilidad económica que la de estar allí, con él, en medio de discusiones y diálogos pobres de rutina. Con esto, aparecen dos caras de una novela, una forma reversible de la lectura.
La traición como una forma de la ética, como un dilema será uno de los puntos fundamentales para la construcción de esta novela (novelas). Cecilia Ríos forma dos mundos para contar una historia, o bien uno solo para que aparezcan dos formas distintas de lo mismo. Se trata de una manera de ver mundos paralelos que allá, a lo lejos, en lo infinito, se tocan, y a lo mejor son demasiado iguales.

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